Joselito y su padre no se miran. Joselito lo atiende, su padre trabaja. Silencio. La historia transcurre en un pueblo aislado de Chiloé donde los cultos religiosos y los habitantes se reconocen entre sí. Allí viven Camilo (José Soza) y Joselito (Cristián Flores), padre e hijo tratarán de continuar su vida juntos, luego de que la esposa y madre, respectivamente, muriera hace muy poco tiempo.
En 18 días de grabación, los lugareños de Aituy, un pequeño pueblo en la localidad de Queilén (Isla de Chiloé) revivieron una de las historias más impactantes de los últimos años. Basada en un hecho real, pero convertida a ficción, un hijo mata a su padre a sangre fría.
Dirigida y escrita por Bárbara Pestán con música de Diego Ridolfi (Fármacos), la historia intenta mostrar la incomunicación de los personajes entregados al desenlace fatal de la película. Bárbara aseguró e identificó que “uno de los graves problemas que tienen los sectores rurales de la isla, es la incomunicación al interior de sus hogares, especialmente y cómo es el caso de esta historia, cuando no está la madre. Su rol es un elemento fundamental al interior de las familias chilotas, son ellas quienes se encargan de llevar el hogar. Todo el drama que surge en los protagonistas es a partir de su ausencia” indica Pestán.
Para Bárbara, el crimen que sucedió en la vida real es una inspiración importante, pero un motor más dentro de la película: “Se partió desde el hecho del crimen, pero la historia fue tomando muchas otras aristas que son incluso más relevantes que el mismo delito, al final sólo es una excusa para mostrar otros temas que surgen a partir de la pregunta del “¿por qué lo mató?”, asegura.
Cristián Flores debutó en el cine con esta caracterización que le proporcionó a Joselito, su primer papel en un largometraje chileno. Fue contactado por Pestán después de recordar verlo actuar cuando ambos estudiaban sus respectivas carreras. Por otro lado, tener a José Soza dentro de la película fue un anhelo cumplido para Bárbara, quien considera al actor como uno de los mejores del país ajustándose a la perfección en este rol de padre de Joselito.
La Historia
Como todos los años, Aituy celebra la procesión del Nazareno, un culto religioso de nueve días en el que participan fervientemente todos los lugareños. Este año, Joselito y su padre Camilo, han decidido desertar de la ceremonia. Irma, la madre de Joselito, ha muerto. Padre e hijo van perdiendo la fe en el Nazareno. Ambos deben afrontar la pérdida y aprender a mantenerse y a convivir, a pesar de que son incapaces de permanecer bajo el mismo techo.
Los cantos y rezos del pueblo se escuchan desde la ventana y aumentan la tensión entre ambos. Camilo se encuentra cada vez más desvalido, su estado físico y mental empeoran. Joselito cuida de él, le prepara la comida, lo baña y se hace cargo completamente del hogar. Comienzan los temporales, el frío se acrecienta y la lluvia no cesa. Padre e hijo se encuentran devastados. El día de la procesión se acerca, el trágico final es ineludible.
Joselito se estrenará al público santiaguino en pocas semanas más, el 7 de abril en la Cineteca Nacional, luego de una exitosa itinerancia por Chiloé que abrió debates y conversatorios en cada una de sus funciones. Bárbara alude a que el tema de Joselito es recurrente para los chilotes, pero que “además, es una temática que se puede ver a nivel nacional, no sólo tiene que ver con Chiloé, sucede en gran parte de los sectores rurales de nuestro país” e insiste en que “la tarea siempre fue narrar una historia que mostrara las contradicciones por las que pasaba el personaje principal -Joselito, interpretado por Cristián Flores- y a preguntarse los motivos que lo llevaron a cometer un crimen“ concluyó.
El caso que inspiró a la película
Rubén Millatureo Vargas (o “Rubencito”) es el verdadero nombre de Joselito en la vida real. En 1998 fue sentenciado a cadena perpetua por una serie de crímenes que lo llevaron a la cárcel, entre ellos un parricidio, el homicidio a un vendedor para robarle 6 mil pesos y el asesinato a una secretaria naviera con quien tenía una relación. El caso es recordado hasta el día de hoy en Queilén por el impacto de sus crímenes violentos en una comunidad donde era conocido y querido por sus vecinos.
CUANDO: 7 de abril, 19:00 horas.
DONDE: Sala Microcine, Cineteca Nacional del Centro Cultural La Moneda
CUANTO: $3000, estudiantes, convenios y tercera edad: $2000