¿Conoces el peligro de un teclado sucio?

Llegó el otoño y las personas comienzan a sentir la baja de temperatura en el ambiente, lo que los hace cerrar las ventanas y convivir en lugares con poca ventilación, que impiden el ingreso del frío, pero que también pueden promover el “encierro” de muchas enfermedades estacionales contagiosas, principalmente en oficinas.

Fuertes gripes, la tan temida influenza, bronquitis, son sólo algunas de las patologías que cuando afectan a un miembro de la oficina suele propagarse en el ambiente y contagiar a otros. Y no se trata sólo del contacto directo, sino de la utilización de implementos por parte de varias personas, los que acumulan gérmenes que se pueden expandir por todos los sectores del recinto.

¿Las consecuencias? Bajas en la productividad debido al gran número de licencias médicas que se presentan en esta época del año y que se traducen también en un costo económico importante para las empresas.

¿La solución? Crear un buen programa de limpieza regular y correctamente planificado, que va más allá del aseo diario y que minimiza estos riesgos. Un programa que incluya capacitación para los trabajadores y sanitiación diaria de elementos riesgosos, considerado que hay al menos 5 principales fuentes de contaminación dentro de cada oficina, que muchos desconocen y que parecen totalmente inofensivos.

“Es fundamental que las empresas tengan claro cuáles son los elementos que mayores riesgos representan para la salud de sus colaboradores, de modo de generar acciones que permitan minimizar peligros reales a la salud. Se debe considerar que los servicios de limpieza dentro de la oficina deben ser planificados, sean éstos internos o contratados de forma externa. Es importante además, que sea un servicio estructurado, realizado a diario y controlado para que estos elementos de riesgo sean sanitizados en forma diaria, permitiendo renovar los ambientes laborales y evitar que los colaboradores se enfermen, especialmente en esta época invernal”, explica Sebastián Seckel von Unger, Gerente General de Abanic (www.abanic.cl), empresa dedicada por más de 26 años a la Asesoría y entrega de Servicios de Mantención de Limpieza de oficinas en Santiago y varias regiones dentro de Chile.

Sebastián Seckel, agrega que, “si consideramos que los elementos más riesgosos dentro de una oficina son aquellos que primero tocan los trabajadores cuando llegan a su trabajo, las empresas de aseo que entregamos servicios de mantención de limpieza tenemos la obligación de asesorar y ayudar a nuestros clientes. Ellos deben saber que esos elementos son clave y son los primeros que debemos sanitizar a diario, incluso un par de veces al día de ser necesario. Por ello es crucial educar a los trabajadores en que lavarse las manos al ingresar a la oficina, una acción importante para cuidar y mantener los ambientes saludables de los gérmenes que nos son percetibles por nuestra vista y que trae cada uno de ellos desde la calle.”

Pero ¿imaginas cuáles son esos lugares que más contagio pueden significar para los trabajadores dentro de una oficina? Los especialistas de Abanic realizaron una investigación en cada una de las oficinas que administran y lograron establecer estos cinco puntos de peligro:

Teclados de computadores: ¡Increíble!, pero cierto. En este elemento se pueden acumular suciedades que propician el desarrollo bacteriano e incluso que favorecen la aparición de hongos que causan infecciones en piel y uñas. La limpieza continúa es muy necesaria, porque se trabaja a diario con un gran y silencioso enemigo.

Teléfonos: Es un elemento tan cotidiano en su uso como los billetes y las monedas, donde se aloja grandes cantidades de microorganismos. Uno de los princiaples problemas es que no se los auriculares no se dedinfectan a diario, por lo que mantiene un alto riesgo de propagar fácilmente enfermedades.

Manillas de las puertas de acceso: Este tipo de elementos está en contacto diariamente con cientos de personas y en ellos residen todo tipo de microorganismos, particularmente aquellos virus que sobreviven varias horas en superficies inertes y provocan enfermedades infeccionas como el resfrío común y la tan temible influenza.

Brisa del inodoro: Es para no creerlo, pero si tu pensabas que los gérmenes estaban directamente dentro del inodoro, te contamos que no es tan así, ya que incluso puede ser el elemento más inofensivo de un baño por la cantidad de veces que se sanitiza. Aunque el asiento del inodoro puede ser relativamente seguro, esto no es el caso de la brisa del inodoro pues cada vez que un inodoro se vacía, brisas microscópicas se liberan fuera de la taza, conteniendo una gran cantidad de gérmenes y bacterias, que, dependiendo del tipo de baño, la presión del agua, y la edad de los accesorios, pueden cubrir hasta metro y medio alrededor del inodoro mismo.

Manillas de los lavamanos: Los gérmenes sí colonizan las manillas de los lavamanos y pueden incluso ser en realidad la superficie más contaminada en un baño público. Una razón de esto es que la humedad de estas superficies mantiene a los microorganismos vivos. Si no son griferías con sensor de movimiento, lo ideal es utilizar una toalla de papel para cerrarlo después de lavarnos las manos adecuadamento con jabón, o  ayudarnos en realizar una sanitización un par de veces al día de estos artefactos.

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