El turismo regenerativo es una nueva forma de viajar y de relacionarse con el medio ambiente. Más que reducir los impactos negativos, esta modalidad propone restaurar ecosistemas, fortalecer a las comunidades locales y generar beneficios duraderos para la naturaleza y las personas. A continuación, se presentan tres experiencias recomendables en Brasil para combinar diversión y sostenibilidad.
Sembrar corales en Porto de Galinhas (Pernambuco)
La localidad costera de Porto de Galinhas es reconocida internacionalmente por sus aguas azules y las piscinas naturales que se forman cerca de la playa gracias a sus barreras coralinas. Además de pasear en balsas (jangadas), hacer snorkel para explorar las piscinas naturales que se revelan con la marea baja y disfrutar de una rica gastronomía, los visitantes tienen la oportunidad de participar en actividades de regeneración de los arrecifes e incluso plantar un coral en el mar de la región.
Brasil es el único país del Atlántico Sur donde se pueden encontrar arrecifes de coral con más de 160 especies. La mayor concentración se halla en la costa noreste, y Porto de Galinhas es el destino perfecto para conocer uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.
El recorrido dura tres horas y comienza en la orilla de la playa. Al llegar a la plataforma, un biólogo recibe a los visitantes y los invita a sumarse al equipo dedicado a la plantación y recuperación de corales. Cultivados en estructuras biodegradables y moldeados con tecnología de impresión 3D, los corales son reintroducidos en el océano, ayudando a recuperar la biodiversidad y a atraer visitantes interesados en experiencias sostenibles y educativas.
Avistaje de jaguares en el Pantanal (Mato Grosso)
Reconocido por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, el Pantanal es la mayor llanura inundable del mundo, un ecosistema dinámico que se transforma con cada estación, revelándose ante los ojos de quienes se aventuran por sus exuberantes senderos y ríos.
El Pantanal Norte, en el estado de Mato Grosso, es una de las regiones más fascinantes y accesibles de este bioma, destacada por la observación de aves, jacarés, capibaras y carpinchos gigantes. Pero es entre los meses de julio y noviembre, cuando las aguas bajan, que los majestuosos jaguares se acercan a las orillas de los ríos, convirtiendo la región en el mejor lugar del mundo para verlos en su hábitat natural.
Poconé, a aproximadamente una hora y media en coche desde la capital, Cuiabá, es la puerta de entrada para safaris fotográficos y experiencias inmersivas en el Pantanal. La experiencia de avistaje de jaguares incluye recorridos diurnos y nocturnos por senderos, paseos a caballo, acceso a miradores y navegación por ríos para la observación de fauna y la pesca de pirañas.
En el municipio de Porto Jofre, los visitantes se embarcan en una lancha rápida por los ríos Cuiabá, Piquiri y Três Irmãos, zonas con la mayor densidad de jaguares del mundo. Majestuoso, imponente, de andar silencioso, el jaguar emerge entre las ramas o camina por la orilla del agua. Y cuando eso sucede, es mágico: nada se compara con ver a este depredador en libertad, en su territorio.
Estrellas sobre las Cataratas (Paraná)
Cielo de las Cataratas es una actividad que combina la historia del cosmos con la observación del cielo nocturno desde la perspectiva de la astronomía y de las culturas ancestrales.
Primero, se observa y explica el cielo a simple vista; luego, se utilizan binoculares y un telescopio. Es una experiencia turística que integra astronomía, cultura e historia: una inmersión en el universo de esta ciencia que redescubre y reconstruye el conocimiento sobre la cosmogénesis guaraní.
Durante el intercambio de saberes entre el astrónomo y los participantes, se pueden observar diversos fenómenos en el cielo: estrellas, planetas, satélites artificiales —como las estaciones espaciales— y, dependiendo del momento, las famosas lluvias de meteoritos o “estrellas fugaces”.
